Cannabis de uso medicinal: ¿cómo es el proceso de producción?
Su extracción y elaboración requieren especificaciones muy precisas y un control de calidad extremo para lograr productos que aporten a la salud y el bienestar de miles de pacientes.
El interés por las propiedades terapéuticas de la planta de cannabis no deja de crecer en el mundo, principalmente entre la comunidad médica, científica, y también en los pacientes. En el Perú, ese interés se potenció a partir de la aprobación de la Ley Nº 30681, en octubre del 2017, que regula su uso medicinal y crea un padrón de entidades dedicadas a la investigación del cannabis y sus derivados.
Este hecho significó un gran avance en el tratamiento de diversas enfermedades, principalmente en pacientes que sufren dolor crónico, fibromialgia, epilepsia, esclerosis múltiple, depresión, insomnio, y otros, quienes ven en el cannabis una esperanza de obtener una mayor calidad de vida.
A medida que la industria cannábica de uso medicinal ha ido creciendo, se han incrementado también los retos para conseguir productos de óptima calidad. Al ser preparaciones controladas y certificadas por el Ministerio de Salud (Minsa), estas requieren de especificaciones muy precisas para su extracción y elaboración, con los porcentajes necesarios de cannabidiol (CBD) y tetrahidrocannabinol (THC), que son los activos que actúan sobre las enfermedades mencionadas, a fin de brindar el alivio que el paciente necesita.
Lamentablemente, en paralelo existe un mercado informal que ofrece productos que no contienen los cannabinoides que indican, o los tienen en cantidades diferentes a las que mencionan; lo que puede ser muy peligroso para el paciente. “Por ello, la calidad resulta esencial”, explica Curt Schwarz, CEO de Anden Naturals.
Entonces, ¿cómo se fabrica?
El aceite esencial de cannabis para uso medicinal pasa por un meticuloso proceso de producción, a fin de asegurar una preparación magistral de calidad y con concentraciones adecuadas para lograr el efecto terapéutico deseado. Este proceso consta de cuatro etapas:
- Cultivo. Todo empieza aquí, con la siembra de cáñamo, una de las variedades de cannabis provenientes de la especie Cannabis sativa. El cáñamo contiene una alta concentración de CBD y una muy baja de THC (menos del 0,3%). El cannabidiol o CBD es la sustancia no psicoactiva de la planta, y a la que se le reconocen muchos beneficios en el tratamiento de algunos síntomas y enfermedades. En campo, el cáñamo crece aproximadamente 120 días, luego se cosecha y pasa por un proceso de secado. Después de ello, se retira la flor del tallo que es la biomasa o materia prima.
- Extracción. Esta etapa es crucial. Para el proceso de extracción del aceite de cannabis se utiliza el etanol frío o “cryo ethanol” como solvente. La FDA, que regula los medicamentos en Estados Unidos, considera que el uso de etanol es eficiente, eficaz y seguro. A través de modernos equipos, se extraen de la biomasa los cannabinoides y otros componentes de la planta, a fin de conseguir el aceite. Este aceite crudo luego es filtrado y evaporado para quitarle todas las impurezas y el alcohol. El resultado es un primer crudo de aceite que concentra todos los componentes de la planta. Para que quede un concentrado rico en cannabinoides, se retiran otros componentes como la clorofila y los terpenos por medio de destilación. Los terpenos derivados de la planta o naturales pueden ser introducidos al aceite nuevamente durante la formulación final.
- Manufactura. Las concentraciones y la pureza del aceite de cannabis se formula en el laboratorio, mezclándolo con excipientes para dar con la dosis precisa que requiere cada uso terapéutico. El laboratorio de Anden está diseñado con las normas de calidad más exigentes y cuenta con tecnología de alto nivel y un excelente equipo de profesionales. De hecho, en cada etapa del proceso se realizan análisis de laboratorio, a fin de elaborar productos de la mejor calidad.