Descifrando el sistema endocannabinoide
Su descubrimiento en los años 90 abrió un campo de investigación novedoso en la medicina y permitió identificar el gran potencial terapéutico del cannabis.
A pesar de la larga historia que comparte la humanidad con el cannabis (unos 5.000 años aproximadamente), la investigación sobre esta planta y sus bondades terapéuticas es relativamente reciente. Los estudios pioneros en los que se aislaron y caracterizaron los principales componentes del cannabis recibieron gran atención a principios de los años 90, cuando se descubrió la existencia de un sistema endocannabinoide en el cuerpo humano, el cual está implicado en muchos procesos fisiológicos, incluida la forma en que sentimos, reaccionamos o nos movemos. Sin este sistema, simplemente la vida no sería la misma.
Su descubrimiento se lo debemos al investigador de origen búlgaro, Raphael Mechoulam, quien en 1992 logró aislar e identificar los llamados cannabinoides endógenos, un hallazgo que sentó las bases de la investigación del sistema endocannabinoide y dio paso a una nueva era de la medicina a partir del uso terapéutico del cannabis.
“El sistema endocannabinoide (SEC) forma parte de nuestro cuerpo y está ahí para responder a su entorno. Se forma desde que estamos en el vientre materno, y regula muchas funciones vitales a lo largo de la vida. Si queremos entender cómo funcionan los beneficios del cannabis de uso medicinal, es esencial que comprendamos la naturaleza de este sistema”, explica el doctor Armando Luza, inmunólogo-reumatólogo, investigador y director médico de Anden Naturals.
¿Cómo funciona el sistema endocannabinoide?
Nuestro cerebro así como muchos otros órganos producen una serie de moléculas llamadas cannabinoides endógenos o endocannabinoides, que ayudan a modular diversas funciones y reacciones en nuestro sistema inmune y el sistema nervioso central. Los dos más conocidos son la Anandamida y el 2-AG.
Estos endocannabinoides tienen importantes papeles en nuestro funcionamiento corporal y cerebral. Se sabe que cumplen diversas funciones, como:
-La modulación del dolor
-La proliferación celular
-El aprendizaje y la memoria
-El control endocrino
-La formación de glóbulos rojos
-El hambre
“En nuestras neuronas y otras partes del cuerpo existen receptores que se activan con los endocannabinoides. Son como llaves y cerraduras. La Anandamida, por ejemplo, es generada y liberada para activar receptores como el CB1, ubicados en el cerebro, o los CB2, presentes en las células inmunes. Toda esa comunicación genera respuestas en diversas partes del cuerpo. Hay receptores en cada órgano, tejido o sistema”, señala el doctor Peter Gámez Cabanillas, médico cirujano por la Universidad Peruana Cayetano Heredia y miembro de la Sociedad Médica de Cannabis del Perú.
Producimos endocannabinoides en respuesta a todo tipo de cosas: cuando tenemos hambre, cuando estamos bajo presión o cuando activamos nuestros mecanismos de alivio del dolor. Por ejemplo, si hay un aumento de estrés, los endocannabinoides son capaces de reducirlo. Incluso, se ha observado que el ejercicio eleva los niveles de endocannabinoides en el cerebro.
Todo este complejo sistema ayuda al cuerpo a responder a muchas amenazas externas que pueden hacernos enfermar. Tan importante es, que un grupo de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos publicó el 2013 un informe donde sostenía que el sistema endocannabinoide tenía relación con casi todas las enfermedades humanas.
El cannabis de uso medicinal en escena
Cuando se inició la investigación del sistema endocannabinoide, los científicos se dieron cuenta de que muchos de los compuestos de la planta de cannabis (llamados fitocannabinoides) también podían adherirse y activar los receptores cannábicos del cuerpo, tal como lo hacen de forma natural la Anandamida y el 2-AG. De hecho, se sabe que la composición molecular de muchos fitocannabinoides es idéntica a la de los endocannabinoides.
Los estudios también han comprobado que el cannabidiol o CBD, el componente no psicoactivo del cannabis, no solo actúa sobre los receptores CB1 y CB2, sino que también los hace más receptivos a los endocannabinoides del propio cuerpo.
“Todo eso explica las amplias bondades terapéuticas del cannabis de uso medicinal. Hay compuestos de la planta que interactúan con las células del cerebro y del cuerpo, produciendo diversos efectos”, sostiene el doctor Luza.
Si bien la ciencia aún sigue rastreando las complejidades fisiológicas del SEC, los investigadores sospechan que un desequilibrio en la producción de endocannabinoides podría ser la causa de muchas enfermedades crónicas o autoinmunes. De ahí la importancia que tienen los cannabinoides externos (como el Cannabidiol de la planta) para recuperar ese equilibrio y así reestablecer el funcionamiento del cuerpo.
Gracias a sus numerosos mecanismos de acción, se ha demostrado que el aceite esencial de CBD alivia:
-La ansiedad
-La depresión
-El dolor crónico
-Las convulsiones
-La inflamación
-Los espasmos
-Náuseas
Además, a diferencia de muchos fármacos tradicionales, tiene un amplio perfil de seguridad y un gran potencial terapéutico. Cuando se toma en la dosis y concentración más idónea, un aceite esencial de CBD de espectro completo y de buena calidad, puede mejorar la vida de miles de pacientes. Por ello, es importante que éste sea prescrito por un profesional de la salud, quien sabrá elegir las cantidades y la composición adecuada para cada caso.
Referencias
- Estudio “Endocannabinoids and exercise”. Autores: A. Dietrich y W.F. McDaniel. Link: https://bjsm.bmj.com/content/38/5/536
- Estudio “Modulating the endocannabinoid system in human health and disease: successes and failures”. Autores: Pál Pacher y George Kunos. Link: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3684164/