“El cannabis de uso medicinal ha sido lo mejor que le ha pasado a mi hija”
Maritza Belleza es una madre de familia que hace cuatro años conoció esta terapia. Una displasia cerebral amenazaba la vida de su hija, pero gracias al cannabis de uso medicinal ahora controla sus crisis epilépticas y empieza a mirar el futuro con otros ojos.
La pequeña Dayana llama a su mamá con insistencia: “Maritza, apúrate. No te demores”, escuchamos que le dice a través de la línea telefónica. Es tiempo de jugar. La señora Maritza Belleza (45) se acerca a su hija y le pregunta si quiere algo de comer. En unas horas más, Dayana (12) deberá tomar su dosis diaria de cannabis de uso medicinal. Es una rutina que ha venido siguiendo desde el 2016. “Este tratamiento le cambió la vida a mi niña”, cuenta.
Antes de usar este producto, Maritza vivía corriendo entre pasillos de hospitales. La pequeña sufría decenas de violentas convulsiones al día, causadas por una displasia cerebral. “Dayana vivía postrada. No podía comer, ni dormir. Todo cambió cuando conocí el cannabis de uso medicinal. Ahora mi hija come normal, se comunica, juega. Es otra persona”, explica.
Su médico, el doctor Peter Gámez, le atribuye este cambio a las propiedades anticonvulsivantes, antiinflamatorias y neuroprotectoras del Cannabidiol (CBD), el componente no psicoactivo de la planta, que ha ayudado a miles de niños a controlar sus crisis epilépticas. “El tema de los ataques ya está controlado. Ahora el manejo debe ir más allá, y complementarse con terapias y otros estímulos para que Dayana pueda seguir mejorando”, señala el experto de la Sociedad Médica de Cannabis del Perú.
Para Maritza, el cannabis de uso medicinal fue un gran hallazgo. Por eso, a través de su asociación Dashana Medicina Artesanal y como activista de la Federación de Cannabis Medicinal del Perú (Fecame), quiere ayudar a otros padres a conocer esta terapia.
¿Cómo fue su primer acercamiento con el cannabis de uso medicinal?
Conocí el tratamiento en un momento de desesperación, justo cuando a Dayana le bloquean la atención en el Seguro Integral de Salud (SIS). Era el 2016 y recién le habían diagnosticado la displasia cerebral. Los médicos del SIS le hicieron varios estudios y recomendaron hacerle una cirugía, donde le extirparían una parte del cerebro. Era la única solución que veían para detener sus convulsiones. Todo ya estaba listo, pero al final decidieron no operarla porque mi esposo fue contratado por una empresa, y pasó al régimen de Essalud. Nos dijeron que no podíamos tener dos seguros. Debíamos atenderla bajo el nuevo régimen.
¿Qué sucedió cuando le dieron esa mala noticia?
Como madre uno entra en desesperación. Mi niña se encontraba muy mal, abatida por las convulsiones. Vivía postrada en cama, no comía, no dormía, no hablaba. Sus crisis eran cada vez peores. Tenía que salvarla. Para los médicos era poco lo que se podía hacer, pero la operación era mi única esperanza en ese momento. Por eso fui a llorar a la central del SIS para que pudieran intervenir a mi hija. Me parecía injusto que después de todo lo que se había logrado para hacer la operación, de un momento a otro se la negaran. En medio de toda esa incertidumbre, mi esposo me habla del cannabis. Dijo que había escuchado del tema en las noticias, y que podía ser una opción para Dayana.
¿Qué imagen tenía del cannabis en esa época?
Cuando mi esposo me habló del tema, me asusté. Siempre pensé que era algo malo y peligroso. Tenía la errónea idea de que mi hija podía sufrir alguna adicción si lo tomaba. Cuando empecé a investigar el tema, me junté con una asociación de padres que luchaba por sacar una ley de cannabis de uso medicinal en el Perú. Ahí pude contactarme con una terapeuta colombiana, que me entregó el primer frasco de aceite de cannabis. Se lo di a mi hija con mucho temor. Sin embargo, todo lo puse en manos de Dios. Ya había hecho de todo para intentar detener su sufrimiento. Nada peor podía pasar.
¿Cómo fue la reacción de Dayana cuando empezó a tomar cannabis de uso medicinal?
Fue increíble. Con una sola gota, Dayana pudo dormir placenteramente después de muchos días. Antes del cannabis ella no descansaba debido a las convulsiones. Me sorprendí. A medida que pasaba el tiempo, los cambios eran más notorios. Dejó de usar pañales y ya no dependía de sondas para alimentarse. Comenzó a comer frutas, algo que nunca había hecho. En apenas seis meses los cambios fueron radicales.
¿Cómo ha ido evolucionando su hija en estos siete años de tratamiento con cannabis?
Dayana ha cambiado en todo sentido. Es una niña más lúcida, está más conectada y más sociable con la familia. Ella tomaba al principio más de nueve medicamentos para controlar las convulsiones. Ahora solo toma dos, pero ya estamos tratando de reducirlos. La displasia cerebral la afectó desde muy pequeña. Desde los seis meses de nacida vivió internada en hospitales debido a sus graves crisis. Todo eso afectó su desarrollo cognitivo y psicomotor. Sin embargo, el cannabis de uso medicinal le ha dado una nueva oportunidad.
¿Ha vuelto a ser internada?
Desde que toma cannabis Dayana no ha ido a hospitales. Es increíble. Antes íbamos de emergencia cada mes y medio para tratar de controlar sus crisis. Pero ya no es necesario. De tener más de 50 crisis epilépticas al día, ahora hace una al mes y a veces nada. Ahora, con su médico, el doctor Peter Gámez, estamos analizando los próximos pasos a seguir.
¿Cómo ve el futuro de Dayana con esta nueva oportunidad que le da el cannabis de uso medicinal?
Yo creo que el cannabis le va a seguir ayudando en su vida. Antes de la pandemia, Dayana estuvo tomando clases, aprendiendo colores, a pintar. La idea es que empiece a desarrollar poco a poco el aspecto psicomotor y cognitivo, que se retrasó debido a las convulsiones. Como madre, mi lucha ahora es que mi hija siga mejorando y que el gobierno amplíe la ley del cannabis de uso medicinal. El Cannabidiol es un milagro para muchas familias, pero hay casos que requieren también otros principios activos como el Tetrahidrocannabinol (THC). Necesitamos todos los beneficios que pueda darnos la planta.
¿Qué consejo les daría a aquellas familias que aún tienen temores o prejuicios de usar el cannabis de uso medicinal para aliviar las dolencias de sus hijos?
Que no teman, ni les nieguen a sus hijos la oportunidad de tener una mejor calidad de vida. El cannabis de uso medicinal ha sido lo mejor que le ha pasado a mi hija. Yo soy testigo del cambio. Muchas personas conocieron a Dayana por los reportajes, cuando iba desesperada a los hospitales, tocando puertas para poder operarla. Ahora, se sorprenden al verla. Mi hija está inspirando a muchos pacientes. Por eso, mi vida la estoy dedicando a eso, a ayudar y aconsejar a otros padres que como yo buscan una esperanza para sus hijos.