“El cannabis nos invita a formar parte de un nuevo tipo de medicina”
La médica integrativa y vicepresidenta de la Asociación Peruana de Medicina Cannabinoide, Estefanía Alfaro Cuadros, tiene dos puntos de vista sobre el cannabis medicinal: como usuaria de esta terapia y como profesional que lo receta. En esta entrevista, nos habla de ambos mundos.
“El cannabis es también mi medicina”, responde la doctora Estefania Cuadros cuando le preguntan si alguna vez tuvo prejuicios al recetar esta planta con fines medicinales. “A los 16 años lo empecé a usar para mis problemas de ansiedad. Desde ahí, mi vida cambió. El haber experimentado sus beneficios, me hizo querer estudiar y compartir esta terapia”.
Su acercamiento profesional a esta planta se inició en su etapa universitaria, cuando cursaba el sexto año de Medicina en la Universidad Científica del Sur. “Asistí a un curso de cannabis de uso medicinal, dictado por el doctor español Javier Pedraza. Allí conocí a varios médicos interesados en la materia. Tanto me marcó el tema, que formé un círculo de investigación en la Universidad Nacional Agraria La Molina. Ahí empezó todo”.
Al principio, sufrió el rechazo de muchos de sus compañeros, que veían al cannabis como una “planta mágica o chamanística”, sin ninguna seriedad científica. Incluso, fue discriminada por ser usuaria de este tratamiento. “Fue un proceso muy difícil, pero el tiempo nos dio la razón. Ahora, desde mi profesión busco educar y difundir información relevante sobre el uso medicinal del cannabis, siempre desde un enfoque integral”.
¿Cómo suele iniciarse el proceso de prescripción del cannabis de uso medicinal?
El primer paso y el más importante lo tiene que dar el propio paciente, cuando decide tomar este tratamiento para mejorar su calidad de vida. A esto habría que agregar algo: que el paciente decida ver a un médico. Ocurre que muchas personas vienen a la consulta porque ya probaron tinturas o extractos informales, que no funcionaron. Cuando dejan de confiar en esa persona que se las dio, recién acuden a un profesional de la salud.
¿Qué tan distinta es una consulta para un paciente que toma cannabis?
Es muy diferente. Estamos hablando de una formulación del siglo XXI, que recién empieza a salir a la luz. La gente sigue teniendo muchas dudas y prejuicios. Creen que por tomar cannabis de uso medicinal van a estar eufóricos o riéndose todo el día, cuando no es cierto. Por ello, en la consulta debemos tomarnos un tiempo para explicar todo lo que es el sistema endocannabinoide, los principios activos y la existencia de una ley que permite su consumo con fines medicinales. Hay mucho por educar en este tema.
¿Qué debe hacer un paciente que necesita acceder a este tratamiento?
Lo primero es inscribirse en el Registro Nacional de Pacientes Usuarios del Cannabis y sus Derivados para Uso Medicinal y Terapéutico del Ministerio de Salud (Minsa). Hay un link en el portal oficial de la Digemid donde se puede realizar el registro. Es muy sencillo. Con esta declaración jurada, el paciente puede ir a su médico, recibir su receta y comprar el producto en farmacias que tengan licencia de comercialización para cannabis.
¿Las recetas que se dan son controladas?
Eso depende de la prescripción. Si el producto que se receta tiene en su concentración menos de 1% de Tetrahidrocannabinol (THC), el componente psicoactivo de la planta, este se prescribe en una receta médica regular y normal. Sin embargo, cuando el producto tiene más de 1% de THC, el médico debe usar un recetario especial controlado, donde se consignarán datos específicos del paciente y cuyas copias deben ser guardadas. Es lo que exige la ley.
¿Qué sucede cuando el paciente acude a la farmacia con su receta?
Cuando uno va a la farmacia de la Digemid o a las Farmacias Magistral QF, el químico farmacéutico encargado te hace pasar a una oficina aparte, para verificar la receta, su duración y la inscripción del paciente en el registro oficial. Si todo está en orden, se hace el cálculo de las gotas y los frascos que se deben vender. Dependiendo de la farmacia, el extracto puede demorar entre una y tres horas en ser preparado. Es un control bastante estricto.
¿Cree que el cannabis de uso medicinal está teniendo más aceptación en la comunidad médica?
Es aceptado, lo que pasa es que muchos médicos no siempre se interesan en el tema. A veces me ha tocado ver recetas donde no se colocan todas las especificaciones, y el paciente anda perdido por las nubes. Hace falta un poco más de compromiso. Sin embargo, a diferencia de antes, es bastante lo que se ha avanzado. Años atrás, veía a pacientes que querían tomar cannabis, pero sus médicos los amenazaban con dejar de atenderlos si lo hacían. Era una situación difícil que felizmente ya cambió.
¿Cómo suelen reaccionar sus pacientes al ver los cambios?
Muchos llegan renovados. El cambio es bastante evidente. Yo prescribo cannabis de uso medicinal a un promedio de 40 pacientes por mes. Si hiciera una estimación, diría que a un 80% de ellos les va muy bien. El resto suele suspenderlo por diversas razones, algunas veces porque no tienen el dinero para seguir adquiriendo estos productos.
¿Qué les diría a aquellos médicos que siguen viendo con temor y prejuicios este tratamiento?
Al igual que ellos, sé lo difícil que es conocer un nuevo tratamiento. Por muchos años, la medicina ha venido aplicando la misma terapéutica una y otra vez. Abrirle campo a una nueva área terapéutica es difícil, sin embargo debemos confiar en nuestra capacidad como médicos para estudiar y aprender más sobre esta terapia. La confianza la van a ganar cuando vean los beneficios en sus pacientes. Allí comprobarán que este es un tratamiento seguro y muy efectivo. Como médicos, debemos aprovechar que el cannabis nos está invitando a ser parte de un nuevo tipo de medicina, más holística y más natural. Ya es tiempo de iniciar un cambio.